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Miami

El claustro de Sacramenia (Segovia) es quizá uno de los casos más célebres del llamado "Expolio Legal" del patrimonio español. La estructura pertenecía al monasterio de Santa María Real, cenobio cisterciense que fue construido bajo el reinado de Alfonso VII. Las obras empezaron hacia el 1141, y toda ella se diseñó con purísimas trazas góticas.

En el siglo XIX el monasterio fue desamortizado y cayó en manos de particulares. Poco después, en 1925, éstos vendieron el claustro al magnate estadounidense William Randolph Hearst (el célebre "Ciudadano Kane" de la película de Orson Welles). Hearst adquirió la obra por mediación de su acólito en España, Arthur Byne, el cual es tristemente célebre por la impunidad de sus muchos expolios. La idea del magnate era la de levantar un gran museo en California dedicado al Arte Medieval. El claustro fue desmantelado pieza a pieza y sus sillares distribuidos en el interior de más de 11.000 cajas que en el año 1925 salieron en dirección al puerto de Nueva York. Una vez llegaron a su destino, las autoridades aduaneras las abrieron y extrajeron de su interior la paja con la que los sillares habían sido embalados. En el proceso, como es lógico, las piedras se desordenaron y muchas de ellas se perdieron. Poco después, Hearst se arruinó y su imperio económico se derrumbó, motivo por el cual el magnate nunca tuvo la oportunidad de hacer que le llevaran las piezas del claustro desde Nueva York a California. Quedaron por lo tanto las 11.000 cajas, abiertas y en desorden, arrinconadas en un almacén portuario durante décadas, sin que nadie las reclamase.

En 1956 Raymond Moss y William Edgemon adquirieron las piezas del claustro y se las llevaron a Miami (Florida), con la intención de reconstruirlo. Dado que muchos de los sillares primitivos se habían perdido y que, por lo tanto, su traza original era irrecuperable, los dos nuevos dueños suplieron los huecos del claustro con fragmentos expoliados del monasterio de San Francisco de Cuéllar, éste de trazas góticas. El resultado final fue un pastiche medievalizante, elaborado con piezas de los siglos XII y XV sin ninguna relación entre sí y absolutamente descontextualizadas. Hoy en día el claustro es administrado por la iglesia episcopaliana de Florida y se exhibe como atracción turística.