La Universidad de Salamanca, como otros centros europeos, se constituirá con anterioridad al proceso de concesión regia de c. 1218, de tal forma que el saber conservado en los claustros será el germen de la recomposición cultural. Además de los libros identificados y de otros elementos que informan sobre el universo cultural en el que se movían los protagonistas que acabarían conformando el Estudio General de Salamanca, son las representaciones escultóricas preservadas las que confirman la relevancia del saber entre sus muros, al reconocer en varios capiteles románicos de su maltrecho claustro, la personificación de las Artes Liberales. Según lo analizado hasta la fecha, se trata de las más remotas figuraciones localizadas en la Península, hito en estrecha consonancia con las observadas en el resto de Europa. Estas manifestaciones culturales confirman que, con anterioridad a la fundación del Estudio, durante los siglos XII y XIII existía en la Catedral una potente élite cultural muy cualificada y que al conocimiento se le confería una gran importancia.